Dar la enhorabuena es un recurso muy sucio. Cuando no se hace de verdad, me refiero.
Me explico: tú y yo estamos manteniendo un “duelo”. Verbal, por supuesto. Verbal y mental. Como si fuese un juego de niños, tú intentas quedar sobre mí, porque tienes más, porque lo tienes mejor, porque lo tienes más bonito, porque tu padre tiene esto, porque tu tío vive aquí… mientras que yo, por mi parte, pretendo lo mismo, porque yo tengo más, mejor y más bonito que tú. Así, vamos tirando. La gente nos contempla boquiabiertos, esperando a ver quién gana. Ahora tú me superas, ahora yo te adelanto. Pero, de repente, ocurre un imprevisto horrible, y es que tú me dices tu argumento definitivo, ése que no puedo superar, que nadie puede hacerlo. Me dejas desnudo ante la multitud, todos te apoyan, se ponen de tu parte, mientras que yo veo cómo estoy a punto de quedar fatal. Es entonces cuando algo se me ilumina en la mente. Como si de un as guardado en la manga, o de un puñal bien escondido en la caña de mi bota se tratase, saco el arma más mortífera y rastrera con la que se pueda zanjar este asunto. Y es muy simple de utilizar. Únicamente tengo que hacer una sonrisa de medio lado, poner cara de que no me importa lo que dices, y medio entre risas decir: “
ENHORABUENA”. De esta forma, pareces un ser infantil e inmaduro, que ha estado permanentemente tratando de superarme con argumentos estúpidos, tomándote en serio la discusión mientras que a mí me resbalaba todo cuanto decías. Estupendo, he recuperado a mi público, vuelven a estar de mi parte, vuelvo a quedar bien, y ahora sí, esta vez tú no puedes hacer nada.
Pero, ¿es que nadie se da cuenta de que yo también he participado en el mismo juego infantil?
Seamos coherentes, dejemos de recurrir a este tipo de trucos para quedar por encima. A veces es bueno darse cuenta de que algo o alguien te supera, te hace consciente de tus propias limitaciones y puede servirte como motivación para superarle, o más bien, para superarte a ti mismo. No es correcto intentar salir de una discusión en la que tú también has participado zanjándola de tal forma que dejes al otro como un inmaduro que intenta mostrar cuán perfecta es su vida mientras que a ti no te importa. Bien sabes que te importa, bien sabes que le envidias, bien sabes que te supera, de alguna forma u otra.
En fin, sólo quería plasmar aquí algo que me da verdadero asco. Puede que tú recurras a ello en tus discusiones, pero si me lo dices a mí, desde hora sabrás que seré yo quien sonría triunfalmente cuando me des la enhorabuena humillante. Quizá pienses que has quedado por encima, que me has derrotado, que me has humillado, que me has hecho daño... lo que yo sé, es que jamás te diré una cosa:
Enhorabuena.